A (casi) un mes de tener Software Libre en el smartphone
El 13 junio del 2024 cambié la ROM de mi teléfono, un Poco M5s, a LineageOS, y no le instalé las Gapps. Casi un mes después reflexiono sobre mi experiencia y cómo me he sentido al respecto.
Logotipo de LineageOS
Lo cierto es que a mí nunca me gustó MIUI, que es el sistema operativo que viene preinstalado en los teléfonos de Xiaomi. Su interfaz gráfica se me hace demasiado “aifonizada”, la ROM en sí misma es lenta, impide o dificulta personalizaciones tan básicas como cambiarle el launcher, y pone publicidad en sus aplicaciones prederminadas. Ya desde que había conseguido este teléfono tenía el interés de cambiarle la ROM por la de LineageOS, ya que en mi adolescencia usé Cyanogenmod (el predecesor de LineageOS) y tengo muy bonitos recuerdos de ese sistema operativo.
Después de un intento fallido de desbloquear el bootloader en el que hubo fuego involucrado, logré desbloquearlo mediante una herramienta que fuerza el desbloqueo, y que sólo sirve para los dispositivos con procesadores MediaTek (como el mío). Entonces, ya con el bootloader desbloqueado, procedí a instalar TWRP, y después LineageOS. A propósito no le instalé las Gapps, ya que no me gustan, y porque quería tener un sistema con la menor cantidad posible de software privativo.
Casi un més después, puedo decir que la mayoría de apps que uso son de F-Droid, por lo que no tengo problemas por no tener instalados los servicios de Google. Para la Play Store utilizo Aurora Store, que es un frontend libre, y las aplicaciones que he descargado de ahí (que en su mayoría son debido a la universidad) no me dan problemas. La batería me dura 3 veces más que antes, prácticamente nunca veo anuncios, puedo personalizar el teléfono como yo quiera, y ahora es mucho más silencioso. Los servicios de MIUI a propósito envían notificaciones para que el usuario vea el teléfono y se “enganche”, mientras que, con LineageOS, eso no pasa, por lo que ahora sólo recibo notificaciones cuando me envían un mensaje por XMPP, o cuando me llega algo de Mastodon. El principal uso que ahora le doy a mi teléfono es responder mensajes de XMPP y leer epubs mediante Librera FD, por lo que poco a poco dejo de verlo como una necesidad, y empiezo a verlo como una herramienta, tal y como debería de haber sido siempre.
Este cambio también me ha ayudado mucho emocionalmente. Siento mucha menos ansiedad, poco a poco he abandonado el impulso de ver el teléfono sin siquiera tener un propósito para ello, y entonces procrastino menos, soy más organizada, retomé los hobbies que ya estaba dejando abandonados, y en general me siento bastante en paz conmigo misma y con mis dispositivos.
Ahora yo controlo mi teléfono, y no al revés. ¡Sigamos emancipándonos digitalmente!