Cerrando ciclos: ¡Hasta pronto, querida VPS!

Era abril de 2023, y yo recién había entrado al segundo semestre de la ingeniería, cuando tomé la decisión de crear mi propia página web. Al inicio la hosteé en GitHub Pages (que después migré a Codeberg Pages, y que sigo conservando como mirror), pero conforme fueron surgiendo más ideas me vi en la necesidad de tener un espacio dedicado en donde pudiera autohostear mis cosas. Entonces, en diciembre de 2023 compré el dominio autumn64.xyz, y en junio de 2024 entré a PloxHost, proveedor que ya conocía porque anteriormente había montado bots de Discord allí, y contraté un servicio de VPS.

Ya lo tenía; mi propio servidor virtual en donde podía hacer lo que yo quisiera, pero en ese entonces no sabía nada de servidores y mucho menos tenía idea de cómo montar mi página web allí. Comencé a investigar y aprendí literalmente de todo: servidores Apache y NGINX, proxy inverso, puertos, claves SSH, configuraciones de firewall —con UFW porque nunca entendí las iptables—, configuraciones de DNS, y los estresantes certificados SSL.

La primera vez que levanté mi antigua página web (que aún se puede ver en legacy.autumn64.xyz) me sentí enorme. Era un servidor NGINX muy sencillito, un certificado de Let's Encrypt y la configuración en el DNS, que sólo estaba con IPv4 porque ni siquiera sabía que la VPS contaba con IPv6. Tiempo después levanté este blog, al principio con Bashblog y ahora con Writefreely, y también levanté mi ahora inactivo blog de El Coven Gen Z. Un tiempo mantuve una instancia personal de Funkwhale, que eventualmente eliminé porque el software no es muy notable en cuanto a estabilidad, y poquito a poquito fui llenando la VPS de cosas. Aprendí —con mucho sufrimiento— a usar Docker, y en septiembre levanté mi icónica instancia de SearX, que sigue funcionando en la actualidad. También meses después levanté el sitio web de 亚洲 Radio, y por último monté allí los prototipos del sitio web de mi conlang.

También me pasaron infinidad de cosas con la VPS: una vez estaba configurando el firewall, y me olvidé de abrir el puerto que usaba para el SSH (que no era el 22), y entonces al activarlo me quedé sin acceso a la VPS; tuve que levantar un ticket en PloxHost para que me ayudaran a recuperar el acceso, también hice mucho desmadre con los usuarios y los permisos de mis carpetas porque a NGINX le encantaba tirar error de «permiso denegado», muchísimas más veces de las que me gustaría admitir me peleé con Let's Encrypt y su certbot porque los certificados siempre encontraban la manera de fallar, e innumerables veces tuve que solucionar problemas con el servidor estando conectada desde la universidad usando Termux en mi celular. También me di mis buenos rounds con Tor, y hasta el firewall de mi universidad terminó bloqueando mi dominio autumn64.xyz sin razón aparente.

Con esta VPS aprendí lo más básico del sysadmin, conocimientos que compartí recientemente en este video, y esta VPS me dio por primera vez la posibilidad de contribuir hosteando tanto sitios web personales como servicios que son de utilidad para la comunidad.

Esta VPS es parte de mi historia, y es algo que aprecio y valoro mucho en mi corazón, pero es momento de cerrar este ciclo para comenzar ciclos nuevos. He migrado casi todos mis servicios y páginas web a mi Raspberry Pi, y entonces ahora autohostearé desde mi casa. Eso trae diversos beneficios, tales como más cantidad de RAM (8 GB contra 1 GB), más almacenamiento (128 GB expandibles contra 20 GB fijos), y más ancho de banda (2.5 TB contra 1 TB), además de que hostear con mi propio dispositivo me da un poco más de control. Cuando finalice la migración daré de baja la VPS, y entonces todo habrá quedado funcionando desde la Raspberry Pi.

Escribo esta entrada porque siento mucha nostalgia de todas las cosas que he mencionado. Ha sido un proceso muy largo de aprendizaje, y he trabajado muchísimo para poder brindar los servicios que ahora benefician a la comunidad de nuestro lado del Fediverso. Durante mucho tiempo las donaciones que he estado recibiendo me sirvieron para pagar la VPS y que nunca me faltara un mes, y ahora seguiré usando esas donaciones para mantener al puro tiro los servicios ahora hosteados en la RPi. Es momento de cerrar este ciclo y, aunque estoy muy orgullosa de todas las cosas que he logrado y de cómo he progresado, no puedo evitar sentir nostalgia de todo el trabajo realizado para que las cosas funcionaran como deben.

Con esto no estoy diciendo que daré de baja mis servicios. Todo seguirá funcionando, sólo que ahora el host será mi Raspberry Pi y no la VPS, pero nada cambiará del lado del usuario. ¡Muchas gracias por todo el apoyo de parte de ustedes!

Con esto doy por terminada la primera etapa de mi viaje en el mundo del autohosteo, esperando que siempre pueda aprender más y mejorar para dar mejores servicios a beneficio de la comunidad. ¡Hasta pronto, querida VPS!


Escrito por una humana, NO por IA. Con licencia CC BY.