Autumn's Blog

El nuevo desafío de Autumn64

La capacidad de viajar al futuro y, sobre todo, al pasado, es algo que ha intrigado al ser humano durante muchísimos años. Es un tema tan popular en la ciencia ficción que existen innumerables libros, series y películas sobre ello, como Doctor Who o Quantum Leap. Incluso uno de mis K-Dramas favoritos, llamado El túnel, trata sobre un detective que resuelve un crimen viajando en el tiempo. Hasta existen leyendas urbanas, tales como la de John Titor, que tratan casi en su totalidad de supuestos «viajeros del tiempo».

Sin embargo, ¿es realmente posible viajar en el tiempo? La respuesta corta es que al futuro sí, aunque es muy difícil, y al pasado definitivamente no. Si te interesa la respuesta larga quédate, pues en esta entrada analizaremos qué circunstancias nos llevarían a un viaje en el tiempo, qué restricciones tenemos, y qué paradojas temporales existen.

Introducción: Érase una vez una revolución científica

En 1905 un joven científico que en ese entonces aún era desconocido publicó en Berna una teoría que revolucionó la ciencia que hasta ese momento se conocía. Esta teoría cambió por completo nuestra forma de percibir el espacio, la energía, y hasta el tiempo, que es lo que más nos interesa aquí.

Antes de continuar, es necesario aclarar que una teoría no es lo mismo que una hipótesis, como el colectivo popular piensa. Científicamente una teoría es un modelo matemático respaldado por hechos empíricos y comprobables que es capaz de explicar y predecir fenómenos físicos, químicos, o de cualquier otro tipo. Es decir, una teoría no es una simple conjetura, sino que es algo bien fundamentado y que tiene bases comprobables.

Originalmente se creía que el tiempo era algo constante e inmutable, y de repente llegó esta teoría a darle a los científicos una patada en la cara y a decirles que el tiempo, de hecho, es variable, y que está ligado al espacio, produciendo así lo que se conoce como el espacio-tiempo, cuyo valor depende de su movimiento, de su velocidad [1].

El científico de quien estamos hablando es Albert Einstein (pronunciado «ainshtain»), y la teoría de la que hablamos es la relatividad especial, de la cual viene la legendaria ecuación $E = mc^2$. Diez años después Einstein publicaría la relatividad general, que terminaría de transformar nuestra comprensión del universo y que, junto con el modelo estándar, sería nuestra mejor teoría física hasta ahora para describir al universo.

Para poder entender cómo sería un viaje en el tiempo, primero debemos entender a la gravedad en sí misma, que se describe en la relatividad general, así como a un fenómeno relacionado con el tiempo que se describe en la relatividad especial.

Gravedad 101

Supongamos que el universo es una sábana gigante que está bien estirada y que no tiene irregularidades. Si ponemos un objeto pesado encima de la sábana, ésta se sume. Después, si ponemos otro objeto de menor peso cerca del primero, éste va a caer hacia donde está sumida la sábana.

Representación con dos objetos, uno grande y otro pequeño, sumiendo la sábana
Representación con dos objetos, uno grande y otro pequeño, sumiendo la sábana

¿Cómo podemos hacer para que nuestro objeto de menor peso no caiga directamente hacia donde se sumió la sábana? Fácil, lo ponemos con una cierta velocidad. Si el cuerpo ya lleva vuelo, va a haber una fuerza que lo empuja hacia adelante, y otra que lo empuja hacia adentro. Por sumatoria de fuerzas, el cuerpo ni se sigue ni cae, y entonces comienza a girar alrededor de ese espacio.

Animación de la sábana con un objeto pesado al centro, y otro que gira alrededor suyo
Animación de la sábana con un objeto pesado al centro, y otro que gira alrededor suyo

Esa es la razón por la cual la Tierra permanentemente orbita alrededor del Sol. Lo interesante de esto es que cada cuerpo sume la sábana a su modo, y entonces el cuerpo pequeño puede influenciar a otro cuerpo aún más pequeño, y entonces tendríamos a un objeto grande siendo orbitado por un cuerpo mediano, que a su vez es orbitado por un cuerpo pequeño. Es por ello que la Luna orbita a la Tierra, a pesar de que la gravedad del Sol es más fuerte.

El universo no es literalmente una sábana —sobre todo porque se trata de un espacio en tres dimensiones y no dos—, pero los cuerpos celestes sí lo deforman y producen el mismo efecto. Entonces, la gravedad se puede entender, además de como una fuerza que atrae objetos, como la deformación del espacio-tiempo producida por un cuerpo [2].

Ahora pasemos al siguente fenómeno, que se describe en la teoría especial. Para poder entenderlo, primero debemos tomar en cuenta que esto sólo funciona si hay dos o más observadores. O sea, si estamos sólo nosotros y ya, no seremos capaces de percibir nada; forzosamente necesitamos a alguien más para que funcione.

La dilatación del tiempo

Supongamos que estamos parados al lado de unas vías, y a lo lejos viene un tren que va rapidísimo, a unos 150 km/h si quieren. Si tomamos una cámara y hacemos zoom al tren, nos parecerá que se está moviendo lento. Pero ya dijimos que va a una velocidad muy alta, ¿no debería parecernos que va rapidísimo? Lo que está sucediendo realmente es una ilusión óptica que no representa una explicación ni rigurosa ni correcta sobre lo que sucede, pero nos sirve para hacernos una idea [3].

Con el ejemplo del párrafo anterior vimos que, a pesar de que el tren va muy rápido, nosotros —que estamos en reposo— lo vemos como si fuera cada vez más lento. En el espacio exterior resulta que si ponemos a alguien con un reloj a observarnos desde un punto fijo, y nosotros, también con un reloj, nos movemos a velocidades cada vez más altas, nuestro reloj irá más lento que el del otro observador. Quizás nosotros viajamos durante 5 minutos a una velocidad alta, y luego cuando regresamos a la Tierra resulta que pasaron 2 horas.

Diferencia en el reloj de dos cuerpos dependiendo de su velocidad
Diferencia en el reloj de dos cuerpos dependiendo de su velocidad

A este fenónemo se le conoce como dilatación del tiempo, y de allí viene la frase de «el tiempo es relativo». El tiempo depende de a qué velocidad vamos con respecto a un observador, y entonces, entre más rápido vayamos, más lento pasará el tiempo para nosotros [4].

Esto también ocurre si nos acercamos a un cuerpo con demasiada gravedad. ¿Recuerdan que en el planeta de agua de Interstellar habían pasado apenas hora y pico, pero luego en la Tierra habían pasado ya 27 años? Eso es porque la gravedad del agujero negro al que orbitaba, al deformar gravemente el espacio-tiempo, provoca un efecto exagerado de dilatación del tiempo.

El viaje al futuro: Posible, pero MUY difícil

Habiendo dicho todo esto, la fórmula para viajar al futuro luce facilísima: simplemente hay que viajar rapidísimo en una nave espacial, o hay que ponernos al lado de un objeto con mucha gravedad, esperamos un poco, y voilà. ¿No?

Bueno, en la teoría sí, así de fácil es. En la práctica... no tanto. Hay dos cosas que nos juegan en contra.

Si vamos a viajar rapidísimo, para que esto funcione con el efecto esperado debemos hacerlo a velocidades cercanas a las de la luz. La velocidad de la luz es el «límite de velocidad» del universo; sólo a nivel cuántico pueden algunas partículas ir momentáneamente más rápido, pero ninguna otra cosa puede superar ese límite. Y luego resulta que tenemos masa.

Primera restricción: La masa

Coloquialmente se dice que la masa es la cantidad de materia. En la vida cotidiana tiene sentido y nos sirve para medir las cosas, pero científicamente es el mol el que mide eso [5]. La masa es, de hecho, la medida de la inercia, o de la resistencia al cambio, al movimiento. Entonces, si un cuerpo tiene mucha masa, entonces moverlo será una hazaña; si tiene poca masa, entonces será tarea fácil [6].

Para ver mejor qué tiene que ver la masa con la velocidad, regresemos a la icónica ecuación de equivalencia entre masa y energía:

$E = mc^2$

Donde $E$ es la energía de un cuerpo en reposo, $m$ es su masa y $c$ es la velocidad de la luz en el vacío (porque en un medio como el aire o el agua va levemente más lento). Despejemos la masa para ver qué obtenemos:

$\frac{E}{c^2} = m$

Cualquier persona que haya prestado atención a sus clases de matemáticas de la preparatoria se habrá dado cuenta de que, con base en esta fórmula, la masa y la velocidad son inversamente proporcionales; si soy muy pesada, iré lento, si soy muy ligera, iré rápido.

Y es aquí en donde se nos acabó la guachafita. Si tener masa necesariamente implica que iremos más lento, entonces para ir a la misma velocidad que la luz debemos carecer de masa. Sí existe una partícula sin masa, la cual es el fotón, pero entonces tendríamos que convertirnos en un mar de fotones para viajar lo más rápido que se puede. ¿Ven lo absurdo de esto?

La dilatación del tiempo existe; satélites y sistemas GPS que orbitan la Tierra tienen que ajustar constantemente su reloj interno y su posición para evitar los efectos negativos de esto. Sin embargo, esa diferencia de tiempo es de apenas milisegundos, una cantidad que hasta parece risible. El récord del ser humano que más viajó en el tiempo lo tiene Sergei Krikalev, cosmonauta ruso que viajó 22.68 milisegundos en el futuro [4].

Entonces, si realmente quisiéramos viajar al futuro, definitivamente no lo lograremos intentando viajar rápido. Toca entonces acercarse a un cuerpo con demasiada gravedad, como un agujero negro, y esperar un rato a que la dilatación del tiempo haga su trabajo. Sin embargo, el agujero negro más cercano conocido está a 1500 años luz de distancia, y si ya dijimos que ni siquiera podemos viajar a la velocidad de la luz debido a que tenemos masa, llegaríamos hasta dentro de millones de años [7].

En esta casa respetamos las leyes de la termodinámica

Las leyes de la termodinámica son lo que hace que nuestro universo tenga, al menos, un mínimo de sentido. Son un rompepelotas para la mente humana creativa, pero también gracias a ellas el universo no explota o se desgarra. El movimiento perpetuo, la energía infinita, o la creación espontánea de materia no existen porque estas leyes los prohíben.

Particularmente nos interesan la primera y la segunda ley. La primera ley enuncia, de forma resumida, que [8]:

«La materia y la energía no se crean ni se destruyen; sólo se transforman.»

Es decir, ahora y siempre por los siglos de los siglos, vamos a tener siempre la misma cantidad de materia y de energía, entendiendo a ambas como dos caras de la misma moneda. La materia se puede transformar a otro tipo de materia, y la energía se puede transformar a otro tipo de energía. También la materia se puede transformar en energía, así que la proporción de cada cosa puede cambiar. Pero la cantidad total de masa-energía es la misma siempre; no puede haber menos, y no puede haber más.

La segunda ley, por su parte, enuncia [9]:

«La cantidad de entropía del universo tiende a incrementarse en el tiempo.»

Y ya entramos en terreno pantanoso. ¿Qué morongas es la entropía?

Entropía 101

Esta sección contiene algunas partes del video de Date un Vlog.

Piensa que tienes una caja, y que metes cuatro pelotas de diferentes colores. Si metes todas en un mismo lado, tienes sólo una forma de hacerlo. Si metes tres en un lado y la otra en el otro lado, tendrás 4 maneras de hacerlo, y si pones dos de un lado y dos del otro, tendrás 6 formas. ¿Cuál es el estado más probable?

Posibles estados de la caja
Posibles estados de la caja

Evidentemente, el último estado es el más probable, ya que hay más formas de llegar a él, mientras que el primer estado es el menos probable, ya que sólo hay una forma de llegar a él.

Ahora supongamos que tenemos un vaso con hielo. Después de un rato a temperatura ambiente el hielo se habrá derretido y convertido en agua. ¿Por qué nunca vemos el proceso inverso a la misma temperatura? Porque el agua líquida es un estado más probable que el hielo.

Entonces la entropía es la medida del estado más probable. Un sistema con alta entropía es muy probable, mientras que uno con baja entropía es poco probable.

Cuando iniciamos un fuego, comenzamos con un estado de baja entropía (debido a la relativa dificultad de encontrar el combustible), y terminamos con un estado de alta entropía (porque la combustión produjo calor y cenizas prácticamente sin esfuerzo).

Entonces, si la segunda ley de la termodinámica nos dice que «La cantidad de entropía del universo tiende a incrementarse en el tiempo.», eso significa que en este momento el universo está en un estado muy poco probable, y con el tiempo se va transformando a un estado mucho más probable.

Esto se manifiesta de la siguiente forma. Cuando utilizamos energía para hacer funcionar una computadora, o un motor de combustión, esa energía se transforma en calor, que no nos sirve de mucho y que, de hecho, puede afectar negativamente al rendimiento de la máquina. Después el calor se enfría y, si bien esa energía sigue estando allí, ahora es inutilizable: no nos sirve para nada. Si de un proceso tan complejo y poco probable como el de una cámara de combustión interna sale un poco de energía mecánica (energía útil), y un mucho (pero mucho más) de energía calorífica que no sirve de nada, entonces esta última es el estado más probable (porque sale más calor y menos movimiento). Esta acumulación de energía inutilizable aumenta la probabilidad y, por ende, la entropía.

Entonces, la entropía mide también la irreversibilidad de los procesos. Lentamente la energía se vuelve cada vez menos utilizable, y llegará un momento en el que ya no haya energía que se pueda usar, momento en el que la entropía del universo será la máxima; será el estado más probable.

El viaje al pasado: Ni lo sueñes

Independientemente del procedimiento que se pudiere utilizar para viajar al pasado, no podemos hacerlo sin encontrarnos con un montón de problemas.

Segunda restricción: La primera ley

Imagina que en este momento tenemos una hipotética máquina del tiempo con la que podemos viajar al punto del pasado que queramos. Si pesamos 70 kg, y la masa total del universo es $m$, entonces cuando viajamos al pasado la masa del universo en el presente se vuelve $m – 70$, y la masa del universo en el pasado se volvió $m + 70$. Entonces ocurrió el milagro más grande de la historia, porque creamos y destruimos masa a voluntad.

Claramente estamos violando la primera ley de la termodinámica, y ya con eso nos bastaría para afirmar que el viaje al pasado no es posible. Pero vamos a seguirle metiendo caña, que se pone interesante la cosa.

Tercera restricción: La entropía

Si viajamos al pasado con nuestra hipotética máquina del tiempo, estaremos viajando de un lugar con mayor, a otro con menor entropía. ¿Cómo es posible disminuir de esa manera la entropía, si esta siempre aumenta? ¿Cómo convertimos toda la energía inutilizable en energía útil? La respuesta es que no se puede, es imposible bajar la entropía, y hacerlo violaría la segunda ley de la termodinámica.

Entonces... ¿valió gorro?

Si bien el viaje al pasado en la misma línea temporal parece imposible, existen algunas alternativas que, si bien no son prometedoras, tienen más sentido. Una de ellas propone el uso de agujeros de gusano, acelerando una de las salidas a la velocidad de la luz, para que entonces se pueda viajar de una época a otra dependiendo de la dirección en la que se viaja. Los agujeros de gusano son de por sí muy problemáticos, y matemáticamente requerirían viajar a una velocidad mayor a la de la luz —volvemos al mismo problema de la masa— [10].

Otra idea, que en teoría sería posible según la relatividad, y que es, de hecho, una solución muy explorada en la ciencia ficción, es el viaje a un universo paralelo. Si viajamos al pasado en un universo paralelo, aún tendríamos que ver qué pasa con la primera ley de la termodinámica, pero la entropía no sería un problema, y tampoco ocurriría ninguna paradoja porque no estamos afectando nuestro propio pasado, sino uno ajeno. La desventaja que tiene esto es que, a menos de que conozcamos la ruta exacta de un universo a otro, prácticamente sería imposible regresar a nuestra propia línea temporal.

Existen otras soluciones más, que involucran a la mecánica cuántica. Pero si la física relativista ya es de por sí un dolor de cabeza, meternos en quilombos cuánticos sólo aumentará innecesariamente la complejidad del artículo, y de todas formas no llegaremos a nada, por lo que pasaremos de ellas por ahora.

Las paradojas temporales

Existen diversas paradojas temporales relacionadas con los viajes en el tiempo, y aquí veremos las más conocidas.

La primera es la llamada «paradoja del abuelo», que consiste en que si viajo al pasado y mato a mi abuelo antes de que conociera a mi abuela, entonces mi padre o mi madre nunca nació, y por ende yo tampoco. Puesto que no nací, no viajé en el tiempo ni maté a mi abuelo, por ende mi padre o mi madre sí nació y entonces yo también. Puesto que sí nací, sí viajé en el tiempo y maté a mi abuelo, y así se repite el ciclo indefinidamente. Una parodia muy graciosa de esto se hace en la serie Futurama, en la que Fry mata a su abuelo, pero luego procrea con su abuela, y entonces él se vuelve su propio abuelo. Una variante de esta paradoja es la «paradoja de Hitler» [11].

Otro tipo de paradoja, que se aplica a los viajes al futuro, se conoce como «la paradoja de los gemelos». Imagina que tienes un hermano gemelo, tú viajas en una nave espacial a la velocidad de la luz durante unas horas, y tu gemelo se queda en la tierra. Cuando llegas, resulta que tu gemelo es más viejo que tú. El problema está en que esta paradoja se formuló cuando aún existía sólo la relatividad especial, y la lógica detrás de ella decía que eres tú, el viajero, quien debería haber envejecido más rápido, y no tu gemelo. Esta paradoja se solucionó rápidamente después de la publicación de la relatividad general.

También existe la «paradoja de la inexistencia de viajeros del tiempo», propuesta por Stephen Hawking, que dice que si fuera posible viajar al pasado, ya deberíamos estar llenos de «turistas del tiempo», cosa que no ocurre. Esta es una de las bases de la llamada «conjetura de protección de la cronología», en la que Hawking establece que las leyes de la física impiden el viaje en el tiempo en una escala mayor a la submicroscópica [12].

Conclusión: No podemos viajar al pasado, pero sí podemos verlo

Espero haberme explicado adecuadamente para que quede claro que el viaje al futuro es posible, aunque muy complicado, y el viaje al pasado no es posible. Sin embargo, todavía podemos consolarnos con algo fascinante.

Para viajar al pasado, simplemente tenemos que mirar a nuestro alrededor. Ya mencioné en mi entrada sobre los extraterrestres que el universo observable que nos rodea está a distancias —literalmente— astronómicas, de millones o hasta miles de millones de años. Si la luz de una estrella lejana tardó un millón de años en llegar hasta acá, entonces no estamos viendo a la estrella en su estado actual; estamos viendo como era hace un millón de años. De igual forma, tocará esperar un millón de años más para ver como era esa estrella en 2024.

Eso significa que realmente no sabemos el estado actual de nada de lo que nos rodea el universo; sólo sabemos como fue en el pasado. Entonces, cuando hace un año vimos una supernova en el espacio [13], en realidad presenciamos un evento verdaderamente histórico, que sucedió hace 21 millones de años, pero que nosotros pudimos ver en el 2023 de nuestra era.

Sólo hace falta que miremos al cielo para viajar al pasado, y que miremos al frente para viajar al futuro. Aunque no viajemos en el tiempo literalmente, sí tenemos una ventana que nos permite ver hasta miles de millones de años atrás. Es una oportunidad que nunca antes se le había presentado a nadie, y que nos recuerda no sólo al lugar en el que estamos, sino también al lugar de donde venimos.

Referencias

  1. https://es.gizmodo.com/la-teoria-de-la-relatividad-especial-explicada-de-mane-1691315854
  2. https://spaceplace.nasa.gov/what-is-gravity/en/
  3. https://www.noticiasrcn.com/tendencias/a-que-velocidad-va-el-tren-ilusion-optica-pone-a-prueba-nuestro-cerebro-352510
  4. https://es.wikipedia.org/wiki/Dilataci%C3%B3n_del_tiempo
  5. https://es.wikipedia.org/wiki/Mol
  6. https://www.britannica.com/science/mass-physics
  7. https://www.sciencenews.org/article/closest-known-black-hole-to-earth
  8. https://es.wikipedia.org/wiki/Primer_principio_de_la_termodin%C3%A1mica
  9. https://es.wikipedia.org/wiki/Segundo_principio_de_la_termodin%C3%A1mica
  10. https://es.wikipedia.org/wiki/Agujero_de_gusano
  11. https://es.wikipedia.org/wiki/Paradoja_del_viaje_en_el_tiempo
  12. https://es.wikipedia.org/wiki/Conjetura_de_protecci%C3%B3n_de_la_cronolog%C3%ADa
  13. https://edition.cnn.com/2023/06/09/world/pinwheel-galaxy-new-supernova-scn/index.html


Escrito por una humana, NO por IA. Con licencia CC BY.

Cualquier persona de la generación Millennial o anterior seguramente recordará bien todo el revuelo que causó la idea del llamado «efecto Y2K»: que a partir del año 2000 los sistemas informáticos de todo el mundo iban a fallar y «todo iba a colapsar», debido al incorrecto manejo de la fecha en las computadoras. Si bien no hubo ningún daño significativo a prácticamente nada —quedándose el Y2K entonces como una graciosa y ridícula anécdota de la paranoia que invadía las mentes de los mortales antes de la llegada del nuevo milenio— sí nos dejó imágenes curiosas como la siguiente.

La École centrale de Nantes, en Francia, mostrando la fecha como '3 de enero de 1900' en lugar de '3 de enero del 2000'
Un letrero electrónico en la École centrale de Nantes, en Francia, que mostraba incorrectamente el año 1900 en vez del 3 de enero de 2000

El llamado «efecto Y2K38» (que tiene ese nombre porque ocurrirá en 2038) es relativamente similar a su antecesor, aunque las causas técnicas son totalmente distintas, y sus posibles consecuencias son más bien insignificantes, incluso hoy en día. Este es un tema que conocí cuando tenía 7 años gracias al video de Ridiculeando, y desde entonces me interesa muchísimo, por lo que me dedicaré en esta entrada a explicar todo con detalle, y a desmentir muchos de los mitos que rodean a esta situación.

Introducción: Unix Epoch 101

Para entender el problema del Y2K38, primero tenemos que ver la manera en la que las computadoras son capaces de calcular el tiempo. La implementación que nos interesa, que es la definida en el estándar POSIX, consiste en contar el número de segundos transcurridos (sin contar los intercalares) desde el 1 de enero de 1970 a las 00:00:00 hasta la fecha actual [1]. En cualquier sistema basado en Unix (incluyendo a GNU/Linux) se puede ejecutar el comando date +%s para obtener dicha información.

Captura de pantalla de mi terminal
Captura de pantalla de mi distribución GNU/Linux, con un terminal mostrando la fecha y hora en la que ejecuté el comando, junto con su representación en segundos

A esto se le llama «tiempo Unix», en inglés “Unix Epoch”, y podemos convertir fácilmente cualquier fecha a TU, y viceversa. Si bien esto es más propio de los sistemas Unix-like, algunas aplicaciones para Windows también funcionarían de esa manera si fueron hechas en C.

Precisamente en C se utiliza algo llamado time_t, que sin saber programar podemos entenderlo como aquel elemento que está hecho específicamente para guardar y calcular el tiempo (y sabiendo programar, es básicamente el tipo de dato utilizado para tal propósito). Este time_t es un número entero con signo, y que tiene un tamaño predefinido. El hecho de que sea un entero con signo significa que, si guardamos valores negativos, la fecha será anterior a 1970, y si guardamos valores positivos, entonces la fecha será posterior.

Hice un pequeño programa en C demostrando el funcionamiento de time_t. Este es el código fuente:

// Unix Epoch a tiempo normal, por Mónica Gómez
#include <time.h>
#include <stdio.h>
#include <stdint.h>

int main(){
          time_t tiempo;
          printf("Introduce un número de segundos: ");
          scanf("%lld", &tiempo);
          printf("La fecha es %s\n", asctime(gmtime(&tiempo)));

          return 0;
}

Si nunca has programado, ¡no tengas miedo!, lo único relevante es la parte que dice time_t tiempo, que es en donde guardaré los segundos que introduzca en el scanf, y el segundo printf, que es en donde imprimiré la fecha convertida de TU a fecha normal.

Lo compilamos, y hacemos la prueba:

Demostración del funcionamiento del programa
Demostración del funcionamiento del programa con un segundo cero, uno negativo, y uno positivo

Como podemos ver, cuando introduje el número cero, el programa mostró exactamente la fecha del 1 de enero de 1970 a las 00:00:00. Cuando puse un número negativo, el programa mostró una fecha anterior a 1970, en este caso 1967, y cuando puse uno positivo mostró una fecha posterior, en este caso 2001.

Entonces, este sistema es bastante transparente y sencillo para poder representar el tiempo en una computadora, por lo que se utiliza en todo lo que esté hecho en C, y en todo lo que sea basado en Unix (incluyendo a GNU/Linux y a Android). Como dato curioso, el 13 de febrero de 2009 a las 23:31:30 en horario UTC el TU fue 1234567890 [2].

¡Desbordemos un entero!

Cuando escribimos un número en nuestra computadora, ésta lo lee en formato binario. Sí, ese que es puros unos y ceros, y que a muchos nos quebró el coco en nuestra clase de informática de la preparatoria. Dado que los dos únicos dígitos disponibles son el 0 y el 1, para poder representar cualquier número mayor a esos dos toca repetirlos de forma posicional.

Piensa en el sistema decimal: tenemos los dígitos 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, y si queremos representar, por ejemplo, el número diez, entonces al 1 le ponemos un cero delante, y queda 10. Del mismo modo, si queremos representar el número cien, ahora le ponemos dos ceros delante, y queda 100. Estamos utilizando los mismos símbolos, pero el valor del dígito 1 cambia dependiendo de cuántos ceros tiene delante.

Exactamente lo mismo pasa en el sistema binario; para representar el número 2 ponemos 10, para el número 3 ponemos 11, para el número 4 ponemos 100, y así sucesivamente. Con esto, fácilmente podemos darnos cuenta de que un número relativamente pequeño ocupa de hecho demasiado espacio en binario, tanto que, por ejemplo, el número cien se representa en binario como 1100100. Un número de tres cifras en decimal se convirtió en uno de siete en binario.

Por esta razón, es común delimitar el tamaño máximo de cifras que puede tener un número en una aplicación, cosa que se denomina como «longitud», y que se mide en bits. Entonces, un entero (en este caso no tocaremos el tema del punto decimal, que se maneja de manera diferente) de 10 bits permitirá almacenar, como máximo, un número que en binario conste de 10 cifras. A saber, 1111111111, que vendría siendo el número decimal 1023. Entonces, nuestro entero de 10 cifras permite almacenar cualquier número entre 0 y 1023, dando un total de 1024 valores posibles.

Si quisiéramos forzar un número más grande, caeríamos en lo que se conoce como «desbordamiento de entero», que es clave para entender el tema del Y2K38. Si intentáramos meter uno más a nuestro entero, entonces el valor resultante sería 10000000000; el problema está en que ese es un número de 11 bits que no entra en nuestro entero de 10 bits, por lo que el primer 1 se descarta puesto que no cabe, y el número termina siendo 0000000000, o sea, cero.

El desbordamiento de entero es la explicación de muchos fenómenos populares relacionados con bugs. Por ejemplo, la Kill Screen de Pac-Man, en la que la mitad de la pantalla aparece toda glitcheada y que no permite avanzar de nivel, ocurre porque el contador de niveles del juego es de 8 bits, por lo que sólo permite almacenar valores de entre 0 y 255; un nivel después el contador se desborda y por eso ocurre el error. También es debido a un desbordamiento de entero que, cuando aprendíamos a calcular un factorial en nuestra clase de programación, después de un determinado número (si no mal recuerdo, el 31) el resultado daba 0, o alguna otra cosa aleatoria.

Los límites de time_t

La mayoría de computadoras domésticas del mundo eran de 32 bits cuando se hizo conocido el problema del Y2K38, lo que significa que time_t en esas computadoras tenía una longitud de 32 bits (excepto en GNU/Linux, cosa que veremos más adelante). Siguiendo la lógica de la sección anterior, podemos calcular fácilmente la cantidad de valores que podríamos meter en un entero de ese tamaño usando la fórmula $2^n$, en donde $n$ es el número de bits.

Si el tamaño de time_t es de 32 bits, entonces usamos la fórmula $2^{32} = 4 294 967 296$. Es decir, nuestro entero permite un poco más de cuatro mil doscientos noventa y cuatro millones de valores posibles.

¡Son un montón de números! Excepto por un pequeñísimo detalle. Si recuerdan, hace rato les dije que time_t es un entero con signo, lo que significa que tenemos que dividir ese número de la fórmula entre 2 y restarle uno, y entonces, si bien la cantidad de valores sigue siendo la misma, realmente el rango va desde -2 147 483 648 hasta 2 147 483 647. Para que me entiendan, si al principio podíamos contar desde el 1 de enero de 1970 a las 00:00:00 hasta cuatro mil millones de segundos adelante (que da una fecha de hasta el año 2106), resulta que debido al signo ahora sólo podremos hacerlo hasta dos mil millones de segundos (que llega hasta el 2038). De igual modo, si contamos hacia atrás, la fecha más antigua a la que podríamos llegar es al año 1901.

El efecto Y2K38

Habiendo dicho todo esto, resulta que el 19 de enero de 2038 a las 03:14:07 UTC el valor del contador de time_t llegará exactamente al valor 2 147 483 647. Un segundo después, ocurrirá el desbordamiento de entero, y el valor se regresará a cero o, peor aún, a -2 147 483 648. Entonces, las computadoras detectarán que están en 1901, lo que impedirá que los sistemas operativos y las aplicaciones funcionen correctamente.

Animación del problema del 2038
Animación del efecto Y2K38

Esto es similar a lo que ocurrió con el efecto Y2K en el 2000, aunque en aquella ocasión la razón del problema fue mucho más sencilla. En el último cuarto del siglo XX los programadores tenían la costumbre de poner la fecha sólo mediante 2 dígitos, y escribían de antemano el 19. Entonces, si nosotros veíamos 1987, la computadora sólo veía el 87, y el 19 estaba puesto nada más como texto. Por eso, cuando llegó el nuevo milenio, la computadora no veía el número 2000, sino que veía el número 100, que se empalmaba con el 19, y a veces quedaba como 1900, y otras veces como 19100 [3].

La solución del Y2K fue relativamente sencilla —aunque se invirtieron millones de dólares en ella—, mientras que la del Y2K38 es mucho más complicada, si tomamos únicamente el punto de vista técnico. Programas como LibreOffice, el sistema de archivos, los navegadores web, e incluso RaccoonLock irían terriblemente mal o directamente no funcionarían debido al incorrecto cálculo de las fechas.

Si bien no se puede determinar con total certeza el impacto del problema, sí conocemos algunos de sus posibles efectos, de entre los cuales están los siguientes:

  • Los dispositivos Android de 32 bits se bloquean y no se pueden ni reiniciar cuando llegan al límite del contador del tiempo.
  • Cosas como los ABS de un automóvil, sistemas GPS, routers, y demás sistemas embebidos dejarán de funcionar.
  • Algunos softwares de servidores, como AOLServer, no funcionarán correctamente.
  • Imagina que en la noche del 18 de enero del 2038 vas a pedir un libro prestado, y al día siguiente en la mañana vas a devolverlo. El sistema, al haber cambiado bruscamente la fecha de 2038 a 1901, te cobraría como si hubieras tenido el libro prestado durante 137 años. Esto de hecho ocurrió en el 2000 en Pensilvania, Estados Unidos [4].
  • Muchos videojuegos dejarán de funcionar debido a la incapacidad de calcular correctamente la fecha.

Que no panda el cúnico

Si recuerdan, hace rato les dije que este problema existe porque en la época en la que se hizo viral las computadoras eran de 32 bits y, por ende, time_t tenía ese tamaño. En 2024 la gran mayoría de computadoras y de smartphones son de 64 bits, y time_t tiene ahora ese nuevo tamaño. Si calculamos la cantidad máxima de segundos que podremos contar mediante la fórmula $2^{64}$, nos vamos a dar cuenta de que nos sale una cantidad agobiantemente grande, dando como límite unos 292 mil millones de años en el futuro. A manera de comparación, el universo tiene en este momento una edad de poco más de 13 mil 700 millones de años, por lo que haría falta que el universo tuviera 22 veces esa edad para alcanzar el límite.

En pocas palabras, es prácticamente imposible que a un usuario doméstico le ocurra eso, tomando en cuenta además que el 2038 será dentro de 14 años, y los sistemas de 64 bits se utilizan plenamente desde, más o menos, 2015. Solamente pueden resultar afectados sistemas como cajeros automáticos que sigan utilizando Windows XP y sistemas embebidos que para entonces ya tengan al menos 30 años. Es decir, si bien es muy interesante aprender sobre este problema, lo cierto es que el riesgo que supone es casi nulo.

Conclusión: Son unos capos los de GNU/Linux

Incluso si para el 2038 todavía hay quien utilice una computadora de 32 bits, sigue teniendo una manera extremadamente sencilla de resolver el problema, sin necesidad de cambiar a los 64 bits: instalar GNU/Linux. Esto es porque hace aproximadamente 8 años Linus Torvalds y el resto de contribuyentes del kernel se propusieron solucionar este problema. Se trata de algo mucho más técnico que no abordaré en esta entrada, por lo que dejaré este link para quien se interese en aprender sobre como hicieron para arreglarlo, aunque sí diré que, grosso modo, cambiaron la longitud de time_t de 32 a 64 bits, incluso si el sistema operativo en sí es de 32.

Entonces, independientemente de la computadora que tengamos para entonces, prácticamente no hay pierde si utilizamos GNU/Linux; es imposible que nos suceda el problema del Y2K38 gracias a la colaboracion de todas las personas que hicieron posible su solución. También es verdad que este problema puede ser diferente o no existir en sistemas operativos que no estén basados en el estándar POSIX (como Windows) o en aplicaciones que no hayan sido hechas en C o en lenguajes basados en éste (como C++ o Python).

En conclusión, pienso que este problema es súper interesante porque, a pesar de que al menos en mi caso es imposible que me suceda puesto que todos mis dispositivos son de 64 bits, sí que nos enseña un montón de cosas, y gracias a ello podemos comprender de una mejor manera como funcionan las computadoras.


Escrito por una humana, NO por IA. Con licencia CC BY.

Haciendo honor a la promesa que hice en la entrada sobre Tor de publicar mi índice personal de direcciones .onion, en esta entrada haré exactamente eso.

Esas direcciones .onion son las que utilizo cotidianamente. En ocasiones la URL puede cambiar o el sitio puede dejar de funcionar, por lo que trataré de mantener la lista actualizada.

Dado que la intención de este índice es compartir sitios web .onion buenos y éticos con los demás, aceptaré contribuciones por parte de cualquier persona, para así ir expandiendo esta lista poco a poco.

Si quieres contribuir agregando direcciones .onion a este índice, por favor envíalos junto con una descripción sencilla de qué sitios son y qué contienen a mi correo electrónico o a mi XMPP, ambos con dirección autumn64@disroot.org.

By Autumn64

Buscadores de la Clearnet

Servicios web

Instancias de frontends libres


Escrito por una humana, NO por IA. Con licencia CC BY.

Hace mes y medio comencé a utilizar el navegador Tor. En esta entrada quiero contar mi experiencia utilizándolo, y quiero dar algunos consejos útiles para quienes, después de leerla, también se interesen.

Al principio hubo... curiosidad, y mató al gato

Desde los 7 años tengo acceso a Internet, y a esa edad solía pasar el tiempo en YouTube y en Wikipedia. Tenía por lo menos 10 años cuando escuché hablar de Tor por primera vez, que fue en un video en el que se presentaba como «el navegador con el que se puede acceder a la deep web». Entre 2008 y 2017 eran muy populares los videos sobre las llamadas creepypastas, así como los de la deep web, que es un concepto que aclararemos más adelante en el post. Estos videos estaban destinados en muchas ocasiones a generar morbo debido a la manera en la que describen a esta red, y yo, siendo una niña de 10 años, sentí curiosidad de entrar en ese sitio para saber si lo que decían los videos era verdad.

Mi experiencia aquella ocasión no fue grata en absoluto —si bien prefiero mantener las cosas que vi como un asunto privado— y nunca más volví a usar el programa. Se podría decir que mi idea sobre Tor durante muchos años fue la de «un navegador que permite entrar a un lugar lleno de cosas horribles»; me tardé muchos años en darme cuenta de aquello para lo que realmente sirve Tor.

El Gran Hermano conoce el sistema

A partir de que me uní a distintos círculos de Software Libre y comencé a hacer activismo me encontré con algunas personas que utilizan Tor, y ahí supe que es un programa libre. Eso me llamó la atención, pero no le di más importancia.

Toda mi percepción sobre Internet cambió cuando leí el libro El enemigo conoce el sistema de Marta Peirano. En él, de entre todas las cosas que se mencionan, la autora muestra como la Internet se ha convertido en el instrumento de vigilancia más grande del planeta. Desde cosas bien conocidas como las cookies y los trackers hasta técnicas de reconocimiento facial, manipulación de las masas, censura, sistemas de crédito social, y muchas más cosas que terminaron provocándome asco. De repente las «maravillas» que le atribuía a Internet ya no existían y, si bien nunca he dejado de pensar que esta es una de las herramientas más importantes creadas por el ser humano en su historia, me pareció innegable el hecho de que se estaba utilizando para todo lo opuesto a aquello para lo que se originalmente se creó, cosa de la que hablo un poco más a fondo en mi entrada sobre la democratización de la Internet.

Entonces me propuse hacer algo al respecto. Ya no estaba dispuesta a permitir que se violara mi privacidad en mi cara.

«No me importa mi privacidad, pues no tengo pensamientos propios»

Mucho tiempo fui de las personas que repiten el discurso de «no me importa mi privacidad, no tengo nada que ocultar», porque en la misma cultura mexicana y latinoamericana existe esa idea de que «si te ocultas, es porque hiciste algo malo». A partir de que aprendí sobre el Software Libre, y después de leer el libro, entendí que quien quiere preservar su privacidad no lo hace porque esté haciendo cosas malas; lo hace porque las intenciones de quienes quieren violar esa privacidad sí son malas.

La mayoría de la gente, sin embargo, sigue adoctrinada por esa idea de «no tengo nada que ocultar»; su pensamiento propio fue secuestrado y se les implantó esa idea ajena para que la repitieran sin entender lo que significa. Entonces, cuando alguien me dice eso, yo le respondo que es lo mismo decir «no me importa mi libertad de expresión, pues no tengo nada que decir».

La red TOR y el enrutamiento de cebolla

Se puede comprender a la red TOR como un superconjunto de Internet. Tenemos a la red normal, y encima de esta hay un montón de servidores y relays que se comunican entre sí.

Cuando nos conectamos a Internet mediante la red TOR, primero nos conectamos a uno de estos servidores, éste nos redirecciona a otro servidor, y éste a otro. En total se nos redirecciona tres veces antes de conectarnos a la página web, además de que nuestra conexión se encripta por cada salto que hacemos. Entonces, nuestro ISP sólo puede ver que nos conectamos a TOR, pero no puede ver a qué sitio accedimos; por otra parte, el sitio web sólo ve el último servidor al que nos conectamos, que se llama nodo de salida o exit node, y que es de donde sale la conexión hacia el sitio, mas no puede ver nuestra dirección IP real ni nuestra ubicación.

Esquema de una conexión mediante TOR
Esquema de una conexión mediante la red TOR. Cada relay se encuentra en ubicaciones diferentes, muchas veces hasta en países distintos

A esto se le conoce como «enrutamiento de cebolla», o onion routing, ya que cada relay actúa como una capa que cubre nuestra conexión, de manera similar a como las capas de una cebolla cubren su centro. Todos estos relays y servidores son montados y mantenidos por voluntarios de todo el mundo, y no necesariamente dependen de una empresa ni son de carácter comercial.

El onion routing de la red TOR ya nos da un montón de anonimato; si diez personas se conectan a una página web mediante el mismo nodo de salida, entonces no será nada fácil identificar a cada usuario. Además, cada que cambiamos de página (incluso si es dentro del mismo sitio o del mismo dominio) nuestro nodo de salida cambia, por lo que tampoco se puede rastrear lo que hacemos en la red.

Adicionalmente a todo esto, el navegador web Tor (no así la red TOR) tiene una serie de medidas que ayudan a navegar de forma anónima. Cosas como el tamaño y forma del cursor del mouse o el tamaño del sitio web se adaptan de tal manera que luzcan de forma idéntica para todas las personas que usan Tor. Entonces, al tener tantas conexiones que lucen exactamente igual se vuelve imposible rastrear a un usuario específico y, por consiguiente, éste navega de forma anónima.

Además, Tor no guarda ni la caché, ni las cookies, ni el historial de navegación, por lo que el navegador estará limpio cada vez que lo iniciemos.

Por supuesto hoy en día es imposible navegar de manera 100% anónima, pero es verdad que con Tor se puede alcanzar un grado muy alto de anonimato (no confundir eso con privacidad, que es diferente).

La web profunda, la web oscura, lo que son, y lo que NO son

El término deep web (en español web profunda) se volvió muy popular en la década del 2010 porque diversos youtubers llenaron toda la plataforma de videos sobre eso, que muchas veces rozaban el borde entre un simple video informativo y una teoría conspirativa. Todo esto lo vi, no me lo contaron. Incluso se dividía a la deep web en «niveles», en donde supuestamente, entre más profundo vayas, peores cosas encuentras.

Deep web representada como un iceberg
Esquema de la deep web representada como un iceberg, en donde acceder a cada nivel es más difícil. Este tipo de esquemas eran muy comunes en los videos de YouTube que hablaban sobre el tema

La gran mayoría de cosas que dicen esos videos sobre la deep web son únicamente para provocar morbo, y en muchas ocasiones también se exagera sobre la magnitud de las cosas que hay ahí. Eso también provoca que la mayoría de la gente crea que el navegador Tor sólo sirve para entrar en ese lugar, y ya aclaramos que eso no es así.

En realidad, la deep web o web profunda no es más que el conjunto de sitios y recursos web que no se pueden acceder mediante los buscadores web comunes. Un ejemplo de web profunda es la Academic Invisible Web, que es nada más y nada menos que el conjunto de bases de datos con recursos de uso académico, que están disponibles en las universidades, pero que no se puede acceder a ellos buscándolos en Google ni en ningún otro buscador tradicional [1]. Entonces, la deep web no es per se algo malo, ni tampoco es algo imposible de acceder; simplemente es aquel contenido de Internet que no siempre está disponible para el público.

A lo que en realidad se refieren estos youtubers es la dark web o web oscura, que precisamente consiste en superconjuntos de la web normal, los cuales requieren de un cliente especializado para poder acceder a sus contenidos [2]. Ejemplos de la dark web son la red Tor, I2P, Freenet, redes P2P, etcétera. No nos dejemos engañar; el nombre dark no tiene connotaciones negativas, y la web oscura tampoco es algo inherentemente negativo.

Los dominios .onion

Hace un momento mencioné que la red de TOR es un superconjunto de Internet. Esto es, contiene a la web normal de toda la vida, y encima de esta web está TOR mismo, cuyos contenidos se representan mediante los dominios .onion.

Estos dominios son especiales. No se puede acceder a ellos desde un navegador web normal dado que no participan del DNS, pero sí podemos utilizarlos con el navegador Tor, o con cualquier navegador siempre y cuando utilicemos la red TOR. También tienen la peculiaridad de que su URL corresponde a la clave pública del dominio, lo que implica que, además de que no se necesita un DNS para poder acceder al sitio, la conexión también se encripta.

Levantar un sitio web .onion es tan fácil como descargar Tor, moverle un poco a su archivo de configuración, e iniciarlo como servicio. Después, con Apache o nginx se puede configurar el sitio para que sirva en esa dirección .onion, haciendo que el proceso de creación de un sitio en la red TOR sea muchísimo más fácil que hacer lo mismo en la web normal. También se puede servir a un mismo sitio en la web normal y en la red TOR, teniendo incluso la posibilidad de agregar un header para que, cuando un usuario acceda mediante Tor al sitio, se le notifique de que también está disponible en .onion.

.onion available
Notificación que avisa al usuario de que el sitio web está disponible como .onion

Personalmente prefiero utilizar las direcciones .onion cuando están disponibles ya que, al no participar del DNS, en cierto modo lo estamos evadiendo, con lo cual nuestro anonimato aumenta un poquito más.

Casi todas mis páginas web (incluyendo este blog) están disponibles en .onion, por lo que, para quien use o quiera usar Tor, recomiendo acceder a ellas de esa forma, más que por la web normal.

Las precauciones que se deben tener con las dark webs

Una parte de las cosas que mencionan los youtubers sobre la dark web es cierta. Ya vimos que ésta no es un lugar lleno de cosas ilegales o asquerosidades. Sin embargo, el hombre es un lobo para el hombre, y entonces es verdad que, dado el anonimato de la web oscura, mucha gente (mas no toda la gente) lo utiliza para propósitos ilegales. El principal problema que tiene la red TOR es la pornografía infantil, que abarca la mayoría de sitios .onion, seguida de sitios de mercado negro, alquiler de matones, botnets, piratas informáticos, noticias falsas, foros sin moderación y fraudes. De hecho, diría que abundan más los fraudes que todo lo demás, y una fracción bastante pequeña está comprendida por sitios web de redes sociales, blogs, instancias del fediverso y de Invidious, y en general cosas buenas y legales.

Desaconsejo totalmente el uso de sitios como la Hidden Wiki, Tordex, Venus Search, y cualquier indexador o buscador de onions, ya que son en gran medida los primeros lugares en donde se puede encontrar todo este contenido ilegal. Es mejor crear una lista personal de sitios .onion con páginas web que sean verdaderamente útiles y que estén libres de esas cosas lamentables. Después de esta entrada publicaré en el blog mi propia lista personal de onions, para evitarle a quien le interese usar la red TOR la mala experiencia de encontrar sitios desagradables.

Existe también una campaña, de la cual participo, llamada STOP CP que, como su nombre lo dice, aboga por el combate en contra de la pornografía infantil en la red TOR. Personalmente en ocasiones he DDoSeado algunos de estos sitios web, y seguiré contribuyendo para que la red TOR sea utilizada para lo que fue hecha, y no para hacerle daño a personas ni para publicar cosas deleznables.

Conclusión: Recomendaciones para el uso de la red TOR

Esperando que a algunos de los lectores de este blog les haya surgido el interés de probar Tor, dejaré algunas recomendaciones para usar esta red de la mejor manera, que son cosas que he aprendido conforme he utilizado este navegador en mi vida cotidiana.

  1. No uses Tor para iniciar sesión en sitios web, pues con eso estás yendo en contra de la idea del «anonimato».
  2. La lista de relays de Tor es pública, y muchos sitios web a propósito impiden el acceso a conexiones que vienen de estos repetidores. Habrá entonces que hacer una lista de los sitios web que no se pueden acceder desde Tor.
  3. Prioriza el uso de herramientas y frontends libres y comunitarios, como Redlib o Invidious, ya que estos son más amigables con la red TOR que los sitios web tradicionales.
  4. Debido a los saltos que hace Tor en cada relay, la conexión puede ser lenta. Muy lenta.
  5. Evita los indexadores de onions y sitios como The Hidden Wiki, ya que usarlos te acerca mucho a los lugares en donde la ilegalidad y la degeneración proliferan.
  6. Si bien los .onion tienen muchas ventajas, no son la única forma de usar Tor. Puedes acceder a la web normal sin problemas, y puedes incluso hacer como Richard Stallman, que utiliza la red TOR y sin embargo nunca entra a la dark web.
  7. A causa de lo mencionado en el punto 2, muchos sitios web te dejan acceder, pero ponen un CAPTCHA que sólo aparece cuando estás usando Tor. Ante aviso no hay engaño.
  8. Tor no guarda ni la caché, ni las cookies, ni el historial, por lo que cualquier configuración que hagas en un sitio web se perderá cuando cierres el navegador.
  9. Cuídate muy bien de los sitios .onion dudosos, especialmente aquellos que vienen de los indexadores. Dado que sus URLs no son legibles, es fácil confundirlos con sitios de fraude. Si ves una página en la dark web que pide un pago en criptomoneda para poder acceder, lo más seguro es que estés en un sitio fraudulento. Nunca dejes tus datos personales, y nunca hagas pagos en la red TOR.
  10. ¡Comparte todo esto con los demás! Entre más personas quieran navegar de forma anónima, más se respetará nuestra privacidad, y más podremos luchar en contra de los malos usos que se dan a la dark web.

En conclusión, la red TOR es una cosa muy notable que tiene muchos beneficios en tanto tengamos cuidado en como lo usamos. ¡Tor es genial! Siempre y cuando lo usemos de forma ética.


Escrito por una humana, NO por IA. Con licencia CC BY.

Cuando empezaron mis vacaciones de verano una de las cosas que me propuse fue comenzar con el voice training, que consiste en una serie de ejercicios útiles para que las mujeres trans tengan una voz más femenina. Busqué tutoriales y cursos en Internet, y casi todo lo que encontré repetía la misma idea de que, como aspecto más básico, lo importante para cambiar la voz no es el tono, sino la resonancia.

Pero, ¿qué significa esto?

Tono vs resonancia

La gente comúnmente comete el error de asumir que la masculinidad o feminidad de una voz depende únicamente de su tono. El tono se refiere a qué tan aguda o grave es, cosa que en música y acústica se conoce como nota o altura. Muchas mujeres trans —y también muchos imitadores de voces novatos— suben su tono de voz lo más que pueden, y como resultado terminan sonando como Mickey Mouse o como Elmo. Incluso hay quienes utilizan la nariz para alcanzar un tono altísimo, haciendo así involuntariamente una voz como la de Cepillín.

Entonces la cosa no va realmente por ahí. A lo que verdaderamente se le debe prestar atención es a la resonancia. Cualquier persona que haya tomado clases de canto y locución (como yo, que mi padre me enseñó a cantar cuando era adolescente) ha escuchado sobre esto. Las cuerdas vocales producen el sonido, que recorre la laringe y la garganta y sale por nuestra boca. La resonancia de la voz tiene que ver directamente con la posición y el tamaño de la laringe, cosa que explicaremos más adelante.

Diagrama de laringe femenina y masculina
Diagrama de una voz femenina y masculina. La laringe femenina está más hacia arriba y ocupa menos espacio, produciendo una voz más fina, mientras que la laringe masculina está más hacia abajo y ocupa más espacio, produciendo una voz más gruesa.

Podemos directamente modificar el tamaño y la posición de nuestra laringe, y ya habremos hecho la mitad del trabajo. Sin embargo, falta la parte que es menos intuitiva, pero que más efecto tiene.

Todo es una suma de senos

En 1821 —no mucho antes de que el Ejército Trigarante entrara en la Ciudad de México para firmar el acta de independencia con Juan O'Donojú— un reconocido matemático y físico francés llamado Joseph Fourier afirmó una barbaridad que dejó a todo el mundo perplejo: dijo que «cualquier onda, señal o función está construida con una suma de senos» [1] [2]. Sí, esa línea curva que constantemente iba hacia arriba y hacia abajo, y que tanto nos quebró el coco en la secundaria. Fourier se atrevió a desafiar todo lo que en ese momento se sabía, afirmando que podemos sumar la cantidad que queramos de senos, y así construiremos una onda o una señal cualquiera.

Función f(x) = \sin(x)
Una función seno sencillita, como las que veíamos en la secundaria. A saber, $f(x) = \sin(x)$
Función g(x) = \frac{\sin(4x)}{2}
Otra función seno un poco más rebuscada. A saber, $g(x) = \frac{\sin(4x)}{2}$
Función h(x) = \frac{\sin(2x^2)}{\sqrt{\pi}}
Otra función seno más complicada. A saber, $h(x) = \frac{\sin(2x^2)}{\sqrt{\pi}}$
Las tres funciones superpuestas
Las tres funciones superpuestas, que a simple vista no parecen tener relación ni sentido.
Suma de f(x) + g(x) + h(x)
La suma de las tres funciones $f(x) + g(x) + h(x)$, que da como resultado esta barbaridad que no se parece en nada a un seno convencional.

No es necesario ser un genio en matemáticas para darse cuenta de como visualmente a partir de funciones seno sin relación aparente entre sí construimos una señal similar a las que se usan en el sonido y las telecomunicaciones. Tampoco hay que prestar atención a las fórmulas; las puse por si alguien quiere experimentar. Eso significa que nosotros podemos tomar una onda culaquiera —como por ejemplo, nuestra voz— y podemos descomponerla en un montón de funciones seno distintas.

La transformada de Fourier es una herramienta que nos permite justamente hacer eso; tomamos cualquier señal que queramos, y la descomponemos en un montón de funciones seno.

Serie de Fourier
Conforme vamos sumando funciones seno distintas, la gráfica resultante se parece más y más a las líneas rectas.

Esta herramienta tiene una cantidad infinita de aplicaciones, y es en gran medida la base de las telecomunicaciones modernas. Sin embargo, la parte que nos interesa en esta entrada tiene que ver con el sonido, y particularmente la voz. Por ejemplo, veamos cómo se ve un acorde de Do Mayor tocado en un piano.

Do Mayor
El acorde de Do Mayor expresado como funciones seno superpuestas.
Do Mayor
La suma de las funciones seno, dando como resultado esta brutalidad que sin embargo luce bastante regular, y que se parece mucho a las ondas que se suelen ver en programas como Audacity.

Ahora descompongámosla, y veamos con qué nos encontramos.

Transformada de Fourier Do Mayor
Transformada de Fourier del acorde. Las letras superiores son las notas en notación anglosajona. Las líneas más oscuras son los senos (es decir, las notas) más fuertes, volviéndose progresivamente más débiles.

Podemos ver las notas principales del acorde (Do-Mi-Sol) perfectamente representadas, pero luego resulta que estas mismas notas se empiezan a repetir a menor intensidad. Lo verdaderamente interesante de esto es que en un punto vemos a notas como Si, Re o hasta La sostenido representadas, siendo que estas notas no forman parte del acorde. Si ampliamos la transformada, podremos darnos cuenta de que, al final, todas las notas se involucran en el acorde; sólo que la mayoría son tan débiles que no las percibimos. La nota principal (en este caso Do) se denomina como fundamental, mientras que todas las demás notas se llaman armónicos. Toda señal tiene su fundamental y sus armónicos, siendo estos últimos el resto de funciones seno que se suman y le dan forma.

Todo esto nos dice que teóricamente podemos tener una fundamental y una cantidad infinita de armónicos, lo cual en teoría es cierto. Sin embargo, en la práctica los armónicos se vuelven cada vez más débiles, por lo que deberemos tomar una cantidad finita de éstos para incorporarlos a la señal, cosa que se denomina como ancho de banda (¡no te confundas con la velocidad de una conexión de red!); entre más ancho de banda, más armónicos se están tomando en cuenta, y la señal tiene una mejor calidad. Entonces, un sonido con un ancho de banda muy corto tendrá una calidad de teléfono debido a la poca cantidad de armónicos, mientras que uno con un ancho de banda muy amplio tendrá una calidad de estudio.

Hace unos días un gran amigo y hermano me contaba como se dio cuenta de que en una canción en MP3 no lograba percibir unos sonidos de ambientación que deberían escucharse de fondo, mientras que, con la misma canción en FLAC, sí que los escuchaba claramente. Eso es debido a que MP3 comprime el audio y, por ende, reduce el ancho de banda, eliminando entonces los armónicos de dichos sonidos ambientales, mientras que FLAC no comprime nada, por lo que todos los armónicos están disponibles.

Además, también podemos darnos cuenta de que una misma fundamental puede, de hecho, generar distintos armónicos, lo cual se conoce como resonancia. Entonces, la resonancia se refiere a la relación entre una fundamental con sus armónicos, que pueden ser (y son) distintos en cada caso. Es esta la razón por la que somos capaces de diferenciar el sonido de una guitarra y de un piano, incluso si ambos instrumentos tocan la misma nota; dado que los armónicos son diferentes, el sonido producido es distinto, y sin embargo no deja de ser coherente gracias a que la fundamental es la misma.

También, cuando utilizamos un ecualizador, lo que estamos haciendo es amplificar los armónicos del sonido que estamos reproduciendo, para así lograr darle una mejor calidad. ¿Alguna vez has visto este tipo de visualizadores?

Visualizer

Bueno, pues no es más que una representación hecha mediante la transformada de Fourier de los armónicos que suenan al reproducir una canción.

Los resonadores

Entonces, para conseguir una voz más femenina o más masculina, lo más importante que hay que hacer es cambiar la resonancia de nuestra voz. Esto lo podemos lograr alterando la altura y el espacio de nuestra laringe, como mencioné al principio. Esta entrada no es un tutorial de como hacer eso, pero pondré como ejemplo que, para levantar la laringe, podemos fingir que vamos a toser y fijarnos en la posición de nuestra garganta justo antes de hacerlo; para bajarla, podemos fingir que vamos a bostezar y fijarnos en la posición de nuestra garganta en el proceso.

Una laringe alta y que ocupa poco espacio producirá un sonido fino y suave, mientras que una laringe baja y que ocupa mucho espacio producirá el sonido opuesto. De este modo, al cambiar la resonancia de nuestra voz, estamos alterando su calidad sin necesidad de cambiar el tono.

También existe lo que en canto se conoce como “voz de pecho” y “voz de cabeza”, que en locución se llama “resonador de pecho” y “resonador de cabeza”, siendo ambas cosas lo mismo. Estos conceptos se refieren al lugar en donde la voz se amplifica, y donde adquiere mayor nitidez. Tampoco explicaré cómo usar ambos resonadores, pero aplicando los ejercicios de subir y bajar la laringe podemos hacernos una idea de cómo funciona. No es que literalmente la resonancia se dé en el pecho o en la cabeza; simplemente es que esas partes vibran con mayor fuerza como reflejo de nuestra voz. Si ponemos nuestra mano en el pecho y hablamos o cantamos, y éste vibra con fuerza, entonces estamos usando voz de pecho; si no vibra o vibra poco, estamos usando voz de cabeza.

Conclusión

Si bien es cierto que todo lo anteriormente mencionado juega un papel fundamental en la construcción de una voz, tampoco obtendremos mágicamente la voz deseada con tan sólo aplicar eso. Cosas como la entonación, los ademanes, el vocabulario y el “sentimiento” influyen muchísimo en la masculinidad o feminidad de una voz, que por supuesto se basa en estereotipos. Además, estamos hablando de un músculo, y como tal hay que entrenarlo.

Las primeras veces podría sonar muy forzado y podríamos terminar cansándonos, e incluso nos podría doler la garganta. Debemos practicar constantemente con el fin de acostumbrarnos a esa voz. El consumo de agua también es primordial, y también es preciso evitar el consumo de sustancias como el alcohol o el tabaco.

Esta ha sido una historia muy larga, y me ha tomado mucho tiempo estudiar —y sobre todo entender— todo esto. Aunque es cierto que las matemáticas no son necesarias para lograr cambiar nuestra voz, es innegable que gracias a ellas yo logré hacerlo.

Cuando los demás me preguntan sobre tips para cambiar la voz, no les suelo mencionar la parte matemática; les explico lo de la tos y el bostezo, y más cosas sencillas de aplicar para hacerse una idea de cómo funciona. Sin embargo, aquí quise sí mencionarla porque, además de que esto me enseñó que las matemáticas están en todo aunque no las percibamos, también me llevo el aprendizaje de que a veces una necesidad o un deseo nos puede llevar a lugares que nunca antes habíamos imaginado. ¡Sigamos aprendiendo, y sigamos compartiendo el conocimiento!


Escrito por una humana, NO por IA. Con licencia CC BY.

Más allá del clásico «honrarás a tu padre y a tu madre», realmente nunca se me inculcó la supuesta importancia que tiene la familia. No conozco a mi familia paterna —porque mi padre se lleva mal con ellos— y, aunque he convivido bastante más con mi familia materna, no soy tan cercana con ellos. Incluso se me llegó a decir que ellos son mis parientes más que mi familia.

Lo cierto es que la parte de la familia que conozco es muy disfuncional y desastroza, con tíos provocando accidentes de tráfico por un capricho, con mi abuelo (Q.E.P.D) que, con todo el afán de molestar, se cagaba en todos lados menos en el retrete, con pleitos entre ellos y mi padre, y con un puñado de cosas más que hacen que cada vez menos quiera ir a visitarlos. Dada la poca cercanía, prácticamente nunca les platico de mis cosas, y confío bastante poco en ellos, aunque no me caen mal ni soy grosera o desconsiderada, porque ellos tampoco lo son conmigo.

En mi núcleo familiar la situación es más simple y, al mismo tiempo, peor. Además de la pésima reacción de mi padre luego de que saliera del clóset con él, la educación que me dio cuando yo era niña no fue la mejor. Esta entrada no es para acusarlo públicamente, pero sí diré que toda mi niñez y adolescencia se empeñó en el abuso verbal hacia mi mamá y hacia mí, además de otras cosas más privadas que, aunque no lo vuelven el peor papá del mundo, tampoco lo vuelven notable, más allá de que nunca me faltó la comida, el techo, la vestimenta ni la educación, cosa que le reconozco y agradezco.

Mi mamá fue una madre ausente durante mi niñez, y las pocas veces que estuvo conmigo me hacía más daño que bien. Un ejemplo es que, cuando yo tenía alrededor de diez u once años, me sacó del clóset; me hizo decirle que era trans (que para entonces yo ya conocía el término), y su reacción fue decirme que no creía que yo lo fuera porque «nunca mostré signos», y que eso «es antinatural». De nuevo, esto no es una denuncia pública. Cuando iba en preparatoria comenzamos a acercarnos y a hablar de todo lo que estaba mal entre ambas, y esta vez me escuchó, yo la escuché, y con el tiempo nos reconciliamos. Diría con total certeza que ella es la única miembro de la familia con la que me llevo bien, y a la que realmente quiero.

Esto naturalmente provocó que yo siempre confiara más en mis amigos, cosa que también solía ser contraproducente, dado que la mayoría de mis amistades eran tóxicas, como ya expliqué en mi entrada sobre la autoestima. Sin embargo, este año por fin me alejé de esas pseudoamistades y, gracias al Fediverso, al Club de Software Libre y al resto de cosas a las que me he estado dedicando los últimos meses, he conocido gente totalmente distinta, que se han vuelto amigos mucho más auténticos que los otros, y que poco a poco se están convirtiendo en mi familia.

Y entonces llegamos al discurso de «la familia no es la de sangre, es la que tú construyes», con el que cada vez estoy más de acuerdo. La familia de sangre para mí no significa nada. Por el contrario, mi verdadera familia son las personas con las que puedo tener la confianza de contarles mis alegrías y mis pesares sin miedo a ser juzgada, con las que comparto risas y alegrías, así como tristezas y penas, con las que intercambio consejos buscando nuestro bienestar, quienes me donan y a quienes dono de corazón, y con quienes puedo dar y recibir apoyo para salir adelante juntos. Si avanzo te jalo, para que avancemos juntos; si me atoro, dame un empujón para avanzar, me dijo hace no mucho un gran amigo y hermano.

Entonces me llevo la enseñanza de que es posible crear una familia con personas que verdaderamente aportan cosas positivas en la vida propia y que, como dice a veces mi padre, «son capaces de dar al bote por ti». Agradezco enormemente a todas las personas que de un modo u otro me han apoyado e impulsado para seguir adelante en mi difusión del Software Libre, en mi vida personal, y en mis alegrías y preocupaciones. Tómense esta entrada como mi muestra de gratitud y de aprecio, incluso para ti lector, que ¡tan solo con leer esto ya me estás ayudando un montón!

De este modo, nunca más diré que no tengo familia porque, afortunadamente, me he rodeado de personas que me quieren y a quienes quiero, y que, sin ellos, no estaría en donde estoy, ni sería capaz de ir más allá. ¡Gracias!


Escrito por una humana, NO por IA. Con licencia CC BY.

En la mañana leí una noticia acerca de cómo se estaba criticando en redes sociales a Hanni, miembro de un grupo de K-Pop al cual sigo llamado NewJeans, por supuestamente haber subido de peso. Vi las supuestas fotos, y lo único que noté es que ya no es el palillito que los coreanos siempre esperan de las idol, pero ni si quiera se ve con sobrepeso ni mucho menos (tomando en cuenta que tiene mi edad, y ni siquiera es coreana). Este tema me recordó entonces a algo sobre lo que había leído hace no mucho, y que trata sobre las microtendencias de TikTok, que tanto daño le están haciendo a las personas de mi edad y menores que yo.

TikTok e Instagram son redes sociales que desde hace tiempo se han vuelto conocidas por crear “modas”, que se vuelven extremadamente populares y que les hacen ganar millones de dólares a las empresas, pero que ni siquiera llegan al mes; así como aparecen de rápido, también desaparecen y son sustituidas por una “moda” nueva. Lo vimos hace poco con los termos Stanley, que realmente no son ni mejores, ni más prácticos que un termo normal (aunque sí son muchísimo más caros), pero que se volvieron sensación y todo el mundo quería uno, especialmente los adolescentes, hasta el punto en el que tener un termo de estos era símbolo de estatus, y si no tenías uno entonces no eras “cool” [1].

A diferencia de una tendencia común, que dura entre 5 y 10 años, y en la que participan celebridades y personajes públicos, las microtendencias que crean las redes sociales duran, a lo mucho, 3 meses, y además sólo participan en ellas los influencers. Coquette, Hair Bucket, Mob wife y Chunky son algunas de todas las microtendencias que existen, que se estima que son alrededor de 60. Al principio se vuelven tan populares que todo el mundo quiere formar parte de ellas, al punto de incluso menospreciar a quienes no las siguen. Después mueren y desaparecen de la faz de la tierra, y son sustituidas por nuevas microtendencias que vuelven a iniciar el ciclo.

El intentar seguir todas y cada una de estas microtendencias implica un excesivo y abusivo consumismo, en el que se gasta demasiado dinero en cosas que realmente no son necesarias, pero que actúan a manera de droga, haciendo creer al consumidor que necesita de ellas a toda costa [2]. No hay que ser genios ni tampoco hay que abusar del realismo para darnos cuenta de que estas actitudes son totalmente nocivas y, además de que implican un desperdicio de dinero y recursos tremendo, también representan frustración por parte de (y marginalización hacia) las personas que no son capaces de seguir esas microtendencias.

Lo cierto es que estas microtendencias son sólo una manifestación —algo extrema— del problema principal. La moda en general crea estereotipos de lo que es “el cuerpo perfecto”, “el peinado perfecto”, y todos esos “perfectos” en los que la mayoría de la gente no encaja, y que sin embargo trata a toda costa de hacerlo. Mientras escribía mi entrada sobre la autoestima me di cuenta de que ese dilema para encontrar mi propio estilo se debió en parte a que yo inconscientemente quería estar “a la moda”, cuando lo cierto es que ni mi cuerpo ni mi forma de ser encajan con esa “moda” a la cual pretendía aspirar.

Y esto está claramente influenciado por mis compañeros de la universidad; la mayoría siempre viste con ropa muy aesthetic, y alineada con las tendencias del momento. Entonces, en mi antigua necesidad de caerle bien a los demás, inconscientemente desarrollé una dependencia a también vestir “a la moda” para sentirme bien conmigo misma, cosa que de todas maneras no logré. Entonces ya entendí el dicho de “de la moda, lo que te acomoda”. La verdad es que nada de lo que está “a la moda” me acomoda, y entonces tendré la libertad de escoger cómo me quiero vestir, incluso si para los demás es “anticuado” o es “chafa”; prefiero eso que sufrir con “modas” que no me quedan, que no disfruto, y que sólo me hacen gastar dinero innecesariamente.


Escrito por una humana, NO por IA. Con licencia CC BY.

Después del post en el que expliqué grosso modo las dificultades por las que pasé este mes para definirme a mí misma, he llegado a algunas conclusiones a partir de que lo hablé con seres queridos, reflexioné al respecto, y leí el libro Elijo ser yo de Lucy Ibañez. Aquí expondré una de esas conclusiones, extendiendo el concepto para que todo el mundo pueda entenderlo y reflexionar.

La RAE define a la autoestima como “Valoración generalmente positiva de sí mismo.” [1], lo cual me parece muy simplista y ambiguo. Más adecuada me parece la definición que da la Wikipedia, que es “Conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamientos dirigidos hacia uno mismo, hacia nuestra manera de ser, y hacia los rasgos de nuestro cuerpo y nuestro carácter.” [2]. Es decir, la autoestima es la manera en que la que nos percibimos y evaluamos a nosotros mismos. Por más obvio que esto parezca, pienso que es necesario primero definirlo, para después poder partir de allí hacia algo más complejo.

Desde que tengo memoria —y mi mamá, que es lectora de este blog, no me dejará mentir— he tenido problemas muy serios con la necesidad de caerle bien a los demás. Sufría de bullying ya desde que iba a la primaria debido a que yo era “diferente”, y las condiciones de mi vida y mi entorno, que impidieron que yo pudiera desarrollar correctamente una identidad propia (en parte debido a que yo ya estaba consciente de que era trans), provocaron que yo prácticamente no tuviera personalidad, y entonces tenía que “copiar” las actitudes y formas de ser de los demás.

Entonces frecuentemente me juntaba con personas tóxicas que no aportaban nada a mi vida, y con las cuales se generaba una suerte de dependencia emocional, ya sea de ellas hacia mí o viceversa. Entonces mis amistades eran efímeras, superfluas y que, en la mayoría de los casos, terminaron mal. Prácticamente no tengo contacto con ninguno de mis amigos de secundaria, ni de preparatoria.

Sumemos también los prejuicios, transmitidos de mis padres hacia mí a través de los relatos religiosos de “ser homosexual es pecado” o “ser transexual es antinatural”, junto con las palabras peyorativas e insultos frecuentemente utilizados en casa. Entonces a los 15 años no tenía identidad propia, y encima me odiaba a mí misma porque ya no podía “tapar mi pecado”. Los prejuicios son desafortunadamente un veneno que nos ataca tan hasta el fondo que no nos damos cuenta de lo dañinos que son, cosa que a mí me afectó especialmente, ya que era prácticamente incapaz de aceptarme a mí misma porque mi propio veneno podía más.

Con el tiempo fui aprendiendo a aceptarme a mí misma, aunque es cierto que nunca logré hacerlo del todo. Todavía el año pasado ver a dos hombres o a dos mujeres de la mano o besándose me impactaba un poco, y frecuentemente misgendereaba involuntariamente a amig@s trans. Todos esos prejuicios y esa homofobia y transfobia interiorizadas me afectaron tanto que me costó mucho tiempo y esfuerzo rascarle hasta encontrar el fondo, la raíz.

Haciendo fast forward hacia el 2023, después de que salí del clóset en mi universidad, siempre me encontré con el dilema constante de cómo debería ser mi apariencia física para agradar a los demás, aunque yo no me había dado cuenta de ese pequeño detalle. Hacía unos meses antes había comenzado a seguir la filosofía del nihilismo optimista, por lo que ya había logrado en gran medida formarme una personalidad propia y auténtica, y desde entonces dejé de tener problemas con ello. Sin embargo, seguía el problema de mi apariencia física y mi voz, mis dos inseguridades más grandes.

En ese momento, dado que yo no tenía a nadie —y lo cierto es que tampoco me acerqué con nadie— que me pudiera guiar para encontrar un estilo propio, tuve que abrirme paso poco a poco e ir probando estilos distintos para ver cual me gustaba y cual no. El ir consiguiendo ropa y maquillaje con dinero que no tenía provocó que me endeudara, con lo cual todo empeoró, y que es algo de lo que recién me vengo recuperando. También entra en juego la situación de aceptación en mi carrera; los únicos compañeros que me aceptan son mis amigos, mientras que los demás me ven de una forma muy humillante y hablan mal de mí. Algunos profesores me aceptan y otros no, lo cual me parece menos relevante, y luego está mi familia, de la cual la única persona que me acepta es mi mamá. Todo esto fue armando una bola de nieve que, junto con más situaciones personales, provocaron que yo colapsara, y que casi arruinara una amistad que, por fortuna, pude salvar.

Cuando explotó la bola de nieve a finales de junio de este año, yo estaba totalmente exhausta. Durante varias noches literalmente no podía dormir porque mi mente se llenaba de inseguridad y miedo de “ahora cómo le voy a hacer regresando de las vacaciones de verano”. Entonces durante todo este mes de julio, además de dedicarme a mis blogs y a mi música, también he reflexionado, me he informado y he realizado autocríticas que me han ayudado mucho a superar esta situación.

Así, de las conclusiones a las que llegué, la que quiero compartir en esta entrada es que una de las razones por las que terminé en este quilombo es porque nunca me preocupé en aumentar o mejorar mi autoestima, dado que estaba demasiado ocupada tratando de complacer a los demás. Infinidad de veces se me ha repetido que nunca le voy a caer bien a todo el mundo, y que no debo intentar complacer a todos, pero esto ya era un vicio tan profundo que yo lo hacía prácticamente de manera inconsciente. Mucho tiempo mi mente se saturó de pensamientos de inseguridad, y no me daba cuenta de que todo era en parte porque yo tenía una necesidad enfermiza de que los demás me vieran como una mujer, cosa que nunca voy a lograr incluso si me hiciera cientos de cirugías estéticas, por el simple hecho de que la manera en la que los demás me perciben es culpa de ellos, y no mía.

Esto fue tan inconsciente que, a pesar de que yo ya repetía cosas como que “no me importa la opinión de los demás” o “no me interesa caerte bien”, yo seguía empecinada en hacer que los demás dijeran “ah, es una mujer” y no “ah, es un maricón” cuando me vieran. Me rompe por dentro y al mismo tiempo es un gran alivio haberme dado cuenta de esto, y entonces ahora me propuse ya no enfocarme en cómo me ve el resto del mundo, sino en cómo me veo yo. Decidí que, por primera vez, voy a trabjar en mi autoestima, y voy a aprender a amar mi cuerpo, amar mi voz, y amarme a mí.

Claro que siento miedo, soy un ser humano. Pero el valiente no es el que no tiene miedo, es el que tiene demasiado miedo, pero lo enfrenta y lo supera. Entonces me doy cuenta del poder tan grande que tiene la autoestima en nuestra vida, porque el estado de ésta es lo que va a determinar en gran medida nuestros pensamientos internos, nuestra forma de relacionarnos con el resto, y nuestro nivel de felicidad.

Yo soy partidaria de la idea “no trabajes duro, trabaja inteligente”, en el sentido positivo y ético de la expresión. Entonces, trabajaré en mi autoestima, y así la usaré de manera inteligente para poder enfrentar las miradas, los señalamientos, las risas, y los insultos que pudiera recibir a partir del 19 de agosto de este año. De este modo, lograré terminar de construir mi identidad, lograré estar orgullosa de quien soy y de lo que hago sin importar si los demás me ven como una mujer o como un maricón y, por primera vez, podré levantarme y no dejarme tirar de nuevo.


Escrito por una humana, NO por IA. Con licencia CC BY.

Ayer por mi casa llovió tan fuerte que eso pareció el segundo diluvio universal y, como es costumbre, toda la manzana se inundó. Sin embargo, resulta que el agua también entró en los medidores de luz de nuestro condominio y quemó la fase de la cual la mitad de las casas, incluyendo la mía, reciben el suministro eléctrico. Conociendo a la Comisión Federal de Electricidad, lo más seguro es que vengan a arreglarlo hasta mañana lunes, por lo que se frustró la intención que tenía ayer de grabar un video de PeerTube. Evidentemente no me quedé sin Internet porque estoy usando los datos móviles, que son ilimitados gracias a la red Altán.

Y es ahora cuando empieza la etapa de aburrimiento. Usualmente en las tardes mis padren ven series de televisión, pero obviamente el televisor no funciona, y por alguna razón parecen no querer usar la tablet junto con los datos móviles; lo más probable es que se pongan a ver Facebook y TikTok para pasar el rato. Yo, por otra parte, me he estado dedicando a algo que desde hace tiempo me entretiene muchísimo más.

Desde niña se me inculcó que era importante el hábito de la lectura, pero yo soy un poco complicada con ello; es bastante difícil que una historia de ficción me llame la atención, y también, si ya empecé una, la suelo dejar a la mitad y me cuesta trabajo continuarla. Es por esa razón que he visto muy pocas series en mi vida, y tampoco soy mucho de ver películas, y ni se diga leer libros. La verdad es que siempre he leído mucho, y es un hábito que desde pequeña tengo, pero yo solía leer artículos de investigación, sitios de Wikipedia, blogs, documentación, y demás textos de Internet que no son impresiones. Entonces leía mucho, pero no se podía conversar conmigo sobre libros porque yo no conocía ninguno.

Eso comenzó a cambiar hace aproximadamente tres meses, ya que me di cuenta de que me podría interesar la No Ficción y entonces, si leo sobre algo que me interesa, puedo devorar todos los libros que quiera sin caer en los vicios anteriormente mencionados. Después tenía el problema de que estoy obligada a usar las dos manos con los libros grandes e incluso medianos, cosa que me incomoda, pues yo prefiero leer con una sola mano. Además, éstos se doblan, se cierran, no se pueden leer a oscuras, y un quilombo que, junto con el hecho de que no puedo permitirme gastar demasiado dinero en este nuevo hobby, al principio me desanimó enormemente. Entonces descubrí dos cosas que fueron mi salvación: el formato EPUB, y un sitio web que distribuye gratuitamente estos e-books llamado Lectulandia (algunos dirían que a lo pirata, ya que usualmente no contienen DRM).

El primer libro que descargué fue Un mundo sin hombres de Sandra Newman. Aunque no me disgustó el libro (que además es de ficción), prefiero no comentar nada al respecto. Después me fui con La catedral y el bazar de Eric S. Raymond, y Software libre para una sociedad libre de Richard M. Stallman. También empecé a leer La gran novela de las matemáticas de Michaël Launay, ¡España libre! de Albert Camus e Historia de lo trans de Susan Stryker. Después de haberle cambiado el S.O a mi smartphone me di cuenta de que no había respaldado los archivos .epub, y entonces perdí todo. Volví a descargar todos los libros, y decidí respaldarlos en una carpeta de mi cuenta de NextCloud, que después abrí al público bajo el nombre La biblioteca de Autumn. El mes pasado terminé de leer todos los libros que acabo de mencionar.

Hay tres libros que recientemente terminé de leer, que me han dejado un montón de enseñanzas. El primero es El enemigo conoce el sistema de Marta Peirano, que fue el libro que me impulsó a comenzar a usar la red TOR y los dominios .onion, a darle más importancia a la encriptación para mis archivos e información personales, y a cuidarme mucho de los instrumentos de vigilancia utilizados por el gobierno y las empresas en la Internet. El segundo es El hombre que desafió a Babel de René Centassi, una biografía del creador del Esperanto, Luis Zamenhof, y que además de ser una montaña rusa de emociones me permitió conocer mucho mejor la lengua a la que he dedicado una parte de mi vida durante ya 8 años. El tercero es Elijo ser yo de Lucy Ibañez, que me abrió los ojos sobre bastantes cosas de mi identidad y mi persona, y que instantáneamente comenzó a ayudarme un montón a superar mis problemas para definir mi forma de ser y mi estilo.

Entonces leer libros, incluso si son supuestamente piratas y sólo en formato EPUB, ya me está dejando cosas buenas; estoy aprendiendo un montón, estoy comenzando a redactar mejor (en parte debido a toda esa lectura y en parte debido a la práctica que adquiero al escribir este blog), estoy enriqueciendo mi léxico con palabras que antes no conocía, me estoy informando de cosas que después podré fundamentar y, lo más importante, no sufro más de aburrimiento.

Lo que más me intriga y al mismo tiempo fascina de todo esto es que, a diferencia de las series y películas, que ya te dan un escenario y el aspecto de los personajes es predefinido e invariante, los libros hacen que tu imaginación vuele. Al principio de La gran novela de las matemáticas se plantea un escenario del Paleolítico, en la que un cavernícola toma un bloque de sílex y comienza a darle golpes con una piedra maciza para darle una cierta forma, y se menciona que cada golpe era premeditado y no fruto del azar. Mi mente inmediatamente imaginó todo como si fuera en primera persona: el escenario, el punto de vista del cavernícola, y aquel razonamiento al cual llegó para saber en dónde y cómo dar el golpe. Cuando me di cuenta de ello entendí lo poderosa que es la mente, y comprendí la magia del libro que estaba leyendo, que me permitió ponerme en la piel de un cavernícola de hace un millón y medio de años, del cual no sé nada, que ni siquiera era de la misma especie de Homo que la mía, y con el cual no tengo absolutamente ninguna relación.

Así, en este día y medio que he estado sin electricidad y sin poder hacer mucho, no me he aburrido en lo más mínimo. Me he dedicado a leer más libros, y poco a poco mi pequeñísima biblioteca irá creciendo hasta que Francisco me cobre cantidades astronómicas de dinero por el almacenamiento de NextCloud.

En 3 meses he leído ya 9 libros, mientras que conozco a mucha gente que en un año no lee ni la mitad de uno. Con esto no es mi intención presionar al lector de este blog a descargarse cantidades industriales de libros y leerlos todos en una semana. Incluso yo misma no me presiono; si ya leí tantos es porque antes sólo me aburria sin saber qué hacer durante esa misma cantidad de tiempo. En mi caso leo principalmente No Ficción, pero sé que hay miles de libros con historias ficticias sumamente interesantes que fácilmente pueden entretener más que una serie o una película. Este nuevo hobby de la lectura impulsó mucho mi decisión de crear este blog, y ahora, cuando converso sobre temas que me interesan, tales como el Software Libre, la historia universal, los movimientos sociales, etcétera, ya me es imposible no mencionar que “tal cosa la leí en tal libro”, muy diferente y mucho más enriquecedor que el ya habitual “tal cosa la leí en tal publicación de Facebook” o, peor aún, “tal cosa la vi en TikTok”.

Y esa es la historia de cómo, después de tantos años de rehusarme a leer libros porque creía que “eran aburridos” (que es verdad que dejo deliberadamente a medias los libros que me aburren), pasé a comprender que la lectura nos dará conocimiento, y el conocimiento nos dará libertad.


Escrito por una humana, NO por IA. Con licencia CC BY.

Desde la invención de la computadora ha habido el interés de crear máquinas que “imiten” al comportamiento humano, o que ejecuten operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico [1]. Ya en 1950 Alan Turing había diseñado una “prueba” que mide la capacidad de una máquina de hacer creer que es un ser humano [2], herramienta que se bautizó con su nombre, y cuya forma más popular hoy en día es el CAPTCHA.

En la década del 2010 la inteligencia artificial ya era ampliamente usada en Internet. Desde chatbots, herramientas de tracking, computadoras que juegan ajedrez y Go, hasta sistemas automatizados para web scraping, “asistentes virtuales” como Cortana, Siri o Alexa, así como usos en la medicina y la ingeniería (especialmente la robótica y la mecatrónica). El mal llamado “algoritmo” tan característico de las redes sociales privativas no es más que una inteligencia artificial que “estudia” el comportamiento de los usuarios de dichas redes, para así crearles un “perfil” que después sirva para ponerles anuncios, recomendarles contenido de su interés [3] y, en última instancia, manipularlos. Sin embargo, fue a partir de la década del 2020, en la cual ya casi vamos a la mitad, que comenzó el boom de la inteligencia artificial. Usando modelos de deep learning se puede crear un modelo de lenguaje grande, mejor conocido como LLM por sus siglas en inglés, que es un tipo de IA generativa (es decir, que genera contenido) a partir del entrenamiento adquirido de analizar cantidades industriales de texto de cualquier tipo. Siendo los LLM más populares los modelos GPT, PaLM, Gemini y Claude.

No es ningún secreto que las inteligencias artificiales generativas dan muchos más problemas que soluciones. ChatGPT es conocido por proporcionar datos erróneos y hacerlos pasar por verdaderos (cosa que se conoce como alucinación de datos), y otros tipos de IA son capaces de generar imágenes tan realistas que resulta difícil diferenciarlas de fotografías reales, con lo que se vuelve ridículamente fácil la creación y viralización de fake news. Además de que las grandes multinacionales están cada vez más presionando la incorporación de la IA en sus productos; Microsoft no dudó en agregar su propia versión de GPT en Windows 11, Meta acaba de hacer lo mismo con Facebook, Instagram y Whatsapp, y ya hasta DuckDuckGo tiene su propia IA. Además de los problemas ya mencionados, la inteligencia artificial también se está utilizando como instrumento de vigilancia permanente del cual es cada vez más difícil escapar, pero hay algo muchísimo peor, y que no parece importarle a nadie.

Por un lado tenemos la situación en la que la IA está haciendo que el ser humano comience a evadir al pensamiento. En escuelas y universidades de todo el mundo ya es un problema global el uso de ChatGPT para hacer trampa en exámenes y redactar toda clase de artículos académicos y ensayos sin esfuerzo [4]; mi propia universidad está teniendo muchísimos problemas para luchar en contra de ello, y a pesar de que se ha tratado de tomar medidas, tales como reprobar a los alumnos que usan la IA de manera desmedida, cada que hay un examen parcial miro a mi alrededor y veo a la mayoría de mis compañeros con la página de color gris oscuro y de logotipo verde abierta. Entonces, la inteligencia artificial está representando en muchas ocasiones una “salida fácil”, en la que el ser humano ya no tiene que esforzarse por nada ni tiene que preocuparse por nada, porque con “un chatazo” queda, y al final toda nuestra carrera académica y/o profesional se termina basando en un mérito que le pertenece a ChatGPT, mas no a nosotros. Se está evadiendo al pensamiento, al criterio, y al esfuerzo propios.

Por otro lado tenemos lo que para mí es lo más alarmante. La inteligencia artificial consume demasiados recursos. Para que ésta pueda funcionar como lo hace hoy en día se necesitan computadoras y servidores que consumen una cantidad gigantesca de electricidad y de agua, y que producen también demasiado dióxido de carbono. Investigadores de la Universidad de Massachusetts calcularon que la cantidad de energía que utilizan los LLM actualmente produce en promedio doscientos ochenta y tres mil kilos de dióxido de carbono, y el Business Insider ha reportado que “ChatGPT consume el equivalente a una botella de agua potable por cada 20 o 50 avisos que recibe”, debido a que esta agua se usa para refrigerar los servidores que lo operan, que deben permanecer a una temperatura baja. Para 2040 se espera que la IA represente el 14% de las emisiones globales de CO2 [5] [6].

Se espera que, dentro de unos años, la IA termine acercándose mucho —si no sobrepasándose— al consumo energético y producción de GEI derivados de la quema de combustibles fósiles. Es decir, la IA poco a poco está siendo un peligro cada vez mayor para el medio ambiente. Cada vez que utilizamos ChatGPT, Gemini o alguno de estos servicios populares estamos contaminando muchísimo más de lo que contaminaríamos en toda nuestra vida si no los usáramos, y con ello estamos acelerando el calentamiento global y el cambio climático.

Esto no significa que yo esté en contra de toda la IA; en muchas ocasiones se ha utilizado para cosas buenas y que no le quitan el mérito a seres humanos, siendo el ejemplo más notable la canción de The Beatles, además de que también existen los modelos de lenguaje pequeños, también conocidos como SLMs, que son en gran medida ligeros y autohosteables y que, por ende, son mucho más amigables con el medio ambiente. Muchos de estos SLMs son software libre, o por lo menos son open-source, como Phi, Mistral o Llama. Pienso que es mucho mejor utilizar estas inteligencias artificiales, incluso autohostéandolas si se puede, para así no solamente no regalarle nuestra información personal a un LLM que después los vende a empresas, gobiernos y data-brokers, sino para además poder beneficiarnos de las ventajas que plantean las IAs sin con ello destruir nuestro planeta.

También estoy a favor del uso moderado de la IA. Personalmente la llego a utilizar para casos puntuales que definitivamente no puedo encontrar en internet, ni que tampoco soy capaz de deducir por mi cuenta (por ejemplo ayer, que quise ver si la IA podía darme la letra de una canción que no encuentro en ningún lado, y que no pudo). No la suelo emplear para nada más.

Existe una campaña de la cual participo llamada Not By AI que, bajo la premisa de que en 2025 hasta el 90% del contenido en Internet podría ser generado por IA, propone la creación de contenidos propios y originales en lugar de depender de ésta, que al final va a terminar estancando el desarrollo de Internet debido al abuso del reciclaje de lo ya existente. Todas las entradas de este blog tienen la frase “escrito por un humano, no por IA”, que es la insignia proporcionada por Not By AI que informalmente “certifica” que este blog es escrito por un ser humano, y no por un LLM. Está bien usar la inteligencia artificial; es probablemente el logro más importante alcanzado por el ser humano hasta ahora, pero no es correcto abusar de su uso, ni tampoco está bien hacer trampa con ella. Me parece mucho menos correcto destruir nuestro planeta y extinguir sus formas de vida por querer aprovechar los beneficios que ofrece. ¡Usemos la IA como una herramienta, no como nuestro sustituto, ni como un arma ecocida!


Escrito por una humana, NO por IA. Con licencia CC BY.